El objetivo de la movilización es "visibilizar una vez más la situación que viven los crucificados de nuestro tiempo: los empobrecidos, los trabajadores, los desocupados, los despedidos, los jubilados y pensionados, las personas con discapacidades, los que reciben planes sociales, los que integran la economía popular y cooperativas, los presos políticos”.

Los trabajadores sindicalizados y los de la economía social, acompañados por amplios sectores populares, se movilizarán el sábado 20, en la que fue calificada por sus organizadores como una gran marcha ecuménica a la Basílica de Luján, para pedir a la Virgen que el gobierno cambie el trazado económico.

No es para “ir a llorar a la Iglesia”, aclaran, “sino para visibilizar una vez más la situación que viven los crucificados de nuestro tiempo: los empobrecidos, los trabajadores, los desocupados, los despedidos, los jubilados y pensionados, las personas con discapacidades, los que reciben planes sociales, los que integran la economía popular y cooperativas, los presos políticos, etc.”.

Gremios de la Corriente Federal y unas 30 regionales de la CGT confirmaron su participación en la movilización convocada inicialmente por el Frente Sindical para el Modelo Nacional. Lo hicieron durante plenarios con la presencia de más de un millar de asistentes de sindicatos, entre las que se encontraban más de 200 mujeres sindicalistas.

La marcha a Luján es una expresión más de una sociedad movilizada que, con objetivos compartidos, se manifiesta a través de diversas creencias y convicciones. Culminará en una misa que celebrará el obispo de Mercedes, monseñor Agustín Radrizani Goñi, para rezar por “Pan, Paz y Trabajo”, consigna que consagró en las décadas del 80 Saúl Ubaldini, y a la cual se suma el pedido por “Tierra y Techo”.