Producir en la incertidumbre

A las dudas sobre el clima se suman las relacionadas a la economía. Sobre esto escribió el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Casilda.

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Cuando comenzó a llover, después de varios meses, se cumplió con lo ya sabido si mejoraba la disponibilidad de agua en el suelo: se sembró mucho trigo (y se seguirá sembrando). Con excepción de la provincia de Córdoba, que bajó la superficie de siembra, el resto del país se mantuvo o se incrementó.

Varios fueron los factores que influyeron en la toma de decisión. Entre ellos: los buenos rendimientos de trigo de las últimas cosechas, la subida del precio internacional del cereal, la necesidad de recursos en diciembre para los que sacaron 8 qq de soja. Si bien algunos productores, los menos, nunca dejaron de hacer trigo, dicha decisión se tomaba por los aportes positivos del cultivo al sistema productivo (incorpora materia orgánica, otorga una excelente cobertura al suelo para disminuir los procesos erosivos y ayuda a mejorar el control de malezas difíciles).

Sin embargo, se sembró dentro de un marco de gran incertidumbre, climática y económica. Todo indica que las condiciones climáticas durante el ciclo del trigo serán buenas y con la certeza de que con este cultivo arrancamos con una excelente disponibilidad de agua en el perfil del suelo. No obstante, no está claro el panorama para los cultivos de verano. Algunos hablaban de una niña. Ahora, otros, hablan de una campaña niño. 

Mucho mayor que la incertidumbre climática es la incertidumbre económica. En el contexto económico juegan fuertes factores que operan fronteras afuera y otros que impactan fronteras adentro. La guerra comercial China-EEUU está influyendo en el mercado de granos, derrumbando los precios de la soja, y este conflicto comercial tiene final abierto. También influyen las condiciones de producción en los países que compiten con nosotros. En lo interno, juegan varios factores: aumento del precio de los insumos (la urea acaba de aumentar), aumento del precio del combustible, subida y variabilidad del dólar (¿cuál será el valor del dólar a diciembre?), tasas de interés por el cielo. Todo indica que la vuelta a las retenciones, tan comentada días atrás, quedó definitivamente descartada.

Así como los pronósticos climáticos son muy erráticos (lo vimos el año pasado), los económicos son más erráticos aún. Si observamos con detenimiento las predicciones realizadas tiempo atrás por destacados economistas sobre el precio futuro del dólar, evolución de la inflación y crecimiento de la economía, veremos que acertaron muy poco.

En conclusión: hoy los precios para el disponible y el futuro son buenos, la rentabilidad del doble cultivo es superior a otras alternativas productivas y la mayor certeza son los aportes del trigo a la sostenibilidad del sistema, cuyos efectos trascienden la coyuntura.

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